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Mirada Incisiva

Hora del relevo en La Sele

El blog del periodista Luis Álvarez Chavarría en Deportescr

Se acabó la aventura mundialista de La Sele. Los tres minutos en los que acariciamos la clasificación suponen el único consuelo que nos queda luego de un Mundial que, para mi gusto, solo reflejó las carencias de nuestro fútbol.

Desde el escandaloso 7-0 que nos propinó España en un encuentro que de haberse afrontado con la actitud y derroche que se demostró ante Japón y Alemania, otro gallo hubiese cantado. ¿Habríamos perdido? Seguramente; pero nunca por siete goles, porque, insisto, entre Costa Rica y España no hay siete goles de diferencia.

Lo de Japón fue una alegría pasajera. El equipo jugó a lo que sabemos jugar en Mundiales: defensa a ultranza y esperar una ocasión para anotar. Ese día, por dicha, la eficacia estuvo de nuestro lado porque el único tiro que hicimos a marco fue gol.

Y qué decir del choque ante los excampeones del mundo, Alemania, hoy eliminado, por segunda vez consecutiva en fase de grupos. La Sele apostó por jugar al gato y al ratón. A los 10 minutos ya nos habían anotado. Pero en el segundo tiempo el equipo mejoró sustancialmente, se atrevió y marcó dos goles que pusieron a soñar al país. Luego, los alemanes nos devolvieron a la realidad.

La realidad es que en Catar 2022 se acaba la generación dorada del fútbol costarricense. Quedó demostrado que la Selección debe comenzar un proceso de relevo generacional. El balompié tico le debe honor y gloria a futbolistas como Navas, Borges, Duarte, Tejeda y Ruiz, pero ya la cuerda no les da para más.

Para leer más: Los números de La Sele ante Alemania fueron mucho mejores

Ahora tocará afrontar un proceso de rejuvenecimiento del equipo, de darle paso a nuevos valores. El fútbol de hoy, de alto nivel, te exige demasiado. Se debe con una intensidad suprema, y es clarísimo que nuestros jugadores resienten muchísimo ese factor. No es para menos, si el torneo local se juega a paso de tortuga.

Agreguemos que, poco a poco, nuestro balompié ha ido perdiendo presencia en el extranjero. Si para Brasil 2014 la mayoría de los integrantes del combinado patrio jugaban en ligas europeas, hoy los pocos legionarios que tiene la Sele están sumidos en campeonatos de bajo perfil y sin regularidad. Keylor llegó al Mundial con 6 meses de inactividad. Duarte juega en Arabia Saudita; Campbell, es de los pocos que milita en una liga de buen nivel como la mexicana. De hecho, Joel fue de lo mejor de la Sele.

Otro asunto es la falta de capacidad que ha mostrado la dirigencia. Lo ocurrido con el juego con Irak es solo una muestra de que, a pesar de haber asistido a tres mundiales consecutivos, los federativos parecen no aprender nada.

Estoy seguro que hoy el objetivo para dentro de cuatro años sigue siendo el mismo. Llegar a la eliminatoria y clasificar al Mundial. Pero no hay una programación, una estrategia, algo que permita soñar con un mejor nivel, con mejores presentaciones, con planteamiento de objetivos serios. Eso no les pasa por la cabeza. Simplemente, es clasificar por clasificar. Vamos por la plata y el resto no importa. Así no puede haber evolución.

Para leer más: La Sele se va mostrando una mejor cara

Esta eliminación debería desatar un proceso de análisis y reflexión. Claro, es mucho pedir para un grupo de fanáticos que dirigen nuestro deporte más popular. La emoción de esos tres minutos en que acariciamos la clasificación a octavos de final, dejando por fuera a Alemania y a España, es lo que predominará en lugar del raciocinio necesario para cambiarle el rumbo a un fútbol perdido.

Ahora seguiremos con el Torneo de Copa y en enero el regreso del campeonato nacional. Y con ello, como en los tiempos de la antigua Roma, le damos pan y circo al pueblo.

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