Quede claro que el título que parece una promesa de campaña no me pertenece. Es de Osael Maroto, el nuevo presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (FCFR).
Es una frase que gran cantidad de medios, periodistas, aficionados, dirigentes y otros actores del fútbol costarricense han repetido, gracias a que ese es el deseo de Maroto.
Y yo que creí que ya nuestro fútbol era profesional. En la cancha no es tan moderno, pero desde hace rato que se profesionalizó, aun cuando, claro está, hay actitudes y hechos que dictan lo contrario.
Ahora bien, veamos la gravedad y seriedad de esto que hablamos. El problema no es que se tengan esos objetivos. El problema real es cómo se logran esas metas tan añoradas por tantos.
No he conocido hasta ahora un solo plan, no he visto el programa de campaña o ahora el programa de gobierno del nuevo Comité Ejecutivo que mantendrá algunos miembros de la administración pasada.
El cambio no es total
Ojo, este nuevo Comité Ejecutivo en algunos casos, cambiará a ciertos personajes, pero es solo como cambiar de asiento, pues mantienen la procedencia de equipo y de liga. Ah, y otros volverán a ser parte de este ente, tras haber participado años atrás en esos puestos.
Todo esto lo cuento porque se habla de una especie de mesianismo con el cambio del Comité Ejecutivo. Pero el cambio no es total ni en personas ni en cuotas asignadas para las ligas.
El propio día de su elección dijo don Osael: “no hay que correr, tenemos tiempo”, cuando por ejemplo le preguntaban por la designación del nuevo seleccionador nacional.
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También, cuando le preguntaron sobre números en la Federación, señaló que este, como otros, es un tema que se debe “ver” cuando “lleguemos”. Maroto, por cierto, es accionista y era presidente de Sporting, equipo con algunos años en la Primera División.
Decía Maroto que no se vale adelantar criterios… Entonces, la pregunta es, ¿cómo modernizar y profesionalizar el fútbol en un ente que no conoce a fondo?
Ojo, lo conoce porque es parte de la organización, pero no a fondo. No es nadie nuevo dentro de la dirigencia, pero no tiene toda la experiencia deseada dentro de la organización.
Ahora bien, si llega por consenso, significa que sus compañeros de Primera División, asambleístas de otras ligas y quienes le acompañarán en la Federación lo conocen lo suficiente como para que modernice y profesionalice el fútbol. Digo yo. Esperemos que no sea una simple movida política de alguien o de algunos.
Luego no digan esos que lo eligen que no llegó alguien que estaba preparado, si bien, insisto, no conoce a fondo el Comité Ejecutivo.
La promesa de modernizar el fútbol
Llama la atención también unas palabras de Maroto, publicadas por el diario La Nación, el propio día de la elección: “Me han preguntado por qué asumí este reto, y la respuesta es simple: desde mi experiencia como empresario, veo el fútbol como una industria, y hay una gran oportunidad de iniciar un nuevo proyecto de modernización y profesionalización de la Fedefútbol”.
Ojo, seguimos sin saber cómo. Esperemos pronto conocer la fórmula mágica y que sea suficiente el hecho de que es empresario. Porque empresarios han llegado muchos a dirigir equipos de Primera División, y no lograron que la industria sea exitosa en términos de números ni a nivel deportivo.
De vez en cuando se recogen éxitos, pero dista mucho de ser la “empresa” del fútbol nacional una que derroche números azules por doquier en cualquier campo en el que se le mida. Hablo de infraestructura, organización, espectáculo como tal, condiciones laborales, recursos económicos, ganancias…
Cambios no dependen solo de una persona
Todos queremos que el Comité Ejecutivo sea mejor y que pueda tener don Osael la varita mágica para transformar lo que requiere nuestro balompié. Pero debe tener muy claro que muchos de los cambios estructurales no dependen de él. Dependen, en el caso de Primera División, de los 12 clubes, de sus presidentes y dueños.
Y así podemos ir revisando cada liga que le ha dado el apoyo. Así también necesita que la Asamblea de Representantes haga los cambios estatutarios que se requieran para transformar la visión de lo que hasta ahora hemos conocido.
Ojalá que la planificada elección de don Osael, así orquestada por el 100% de la estructura del fútbol como se han jactado muchos de los que han dado el voto, sea suficiente para poner la primera piedra de una exitosa industria. Una que requiere: clasificaciones a mundiales mayores y menores, en fútbol masculino y femenino, éxito económico, mejor arbitraje, mejor infraestructura, mejores campeonatos en todas las divisiones, más transparencia, clasificaciones de clubes a nivel internacional, desarrollo de ligas menores, más exportación de buenos y mejores futbolistas a las mejores ligas del mundo, buenas relaciones con FIFA, etc, etc, etc. ¡El tiempo tiene la palabra, y don Osael!
