Seguimos con el fútbol femenino costarricense. Ya hablamos sobre Amelia Valverde y sobre las jugadoras. Quedan, sin embargo, algunos puntos importantes en el análisis de lo que ocurre.
A inicios de abril del año pasado (o tal vez en los últimos días de marzo) el entonces presidente de Liga Deportiva Alajuelense, Fernando Ocampo, decía que ya ewl equipo femenino generaba ingresos para cubrir todos sus gastos.
No hizo públicas las cifras. Pero está claro que cuando no se incluyen todos los gastos que se deberían, es fácil llegar esa posición. Y lo decimos con contundencia porque Alajuelense no le paga salario a la mayoría de sus jugadoras. Y aquellas que reciben un ingreso, lo hacen por una cifra que no alcanza ni siquiera el mínimo de ley.
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¿En qué nos basamos para decir esto? Hay un informe sobre la progresión del fútbol femenino que elabora anualmente la FIFA. Lo hace con datos que le hacen llegar los clubes, por un lado, y las ligas, por el otro. FIFA no tiene cómo cotejar los datos. Pero, en este caso, no importa ese detalle.
Para el más reciente informe, con corte a julio del año anterior, los equipos costarricense reportaron que el 5 por ciento de las jugadoras tienen un salario. Si asumimos que cada equipo tiene un promedio de 25 jugadoras, pensaríamos que en la Liga Promérica hay 200 jugadoras.
El 5 por ciento de esas 200 son 10 jugadoras. No hace falta ser un genio en matemática. Eso, salvo que los equipos estén enviando datos falsos a la FIFA.
Se requieren cambios
Eso hay que cambiarlo en este país. Pero, para ello se requiere dinero. Y el fútbol femenino aún no lo atrae en cifras representativas. Se requiere dinero porque se debe comenzar por pagarle a las jugadoras de manera que se dediquen a tiempo completo a esto. Así, los cuerpos técnicos podrán plantearse de una manera completa la preparación.
En un partido de la temporada pasada, Sporting no pudo contar con Carol Sánchez y Cristin Granados porque no les dieron permiso en sus trabajos. Eso, para citar solo un ejemplo. Pero, aquí no hablamos de eso, y si lo hacemos, lo tomamos como algo anecdótico.
Apenas en el torneo pasado se retrasó el inicio de un partido entre el Deportivo Saprissa y el Municipal Pérez Zeledón porque las sureñas no llegaron a tiempo. Viajan el mismo día, y dos veces se varó el bus.
El tema es que los equipos no están en condiciones de hacer más porque no llega dinero. De hecho, pese a que hoy en día todos los partidos se juegan en estadios -no como en 1994 cuando nosotros comenzamos a seguir el fútbol femenino costarricense- estos no se llenan de aficionados.
Es cierto que vivimos un llenazo en el estadio Alejandro Morera Soto en la final del 2019. Pero, ha sido la única vez. El estadio de mayor capacidad que se usa en nuestro fútbol femenino es el Ricardo Saprissa. Nunca se ha llenado para un partido de nuestra Liga. La mayor asistencia reportada, cuando no se cobraba, dicho sea de paso, estuvo apenas por encima de las 8.000 personas.
Fútbol femenino, televisión y marcas
Por otro lado, lo que paga la televisión no es de risa per se. Es dinero que tiene que salir de alguna parte. Las televisoras no imprimen billetes. Pero, sí es de risa si se compara con lo que se paga en el fútbol masculino. Claro que uno entiende las diferencias y las razones, que, de ninguna manera pasan por un ánimo de discriminación sino por temas comerciales.
Nuestro fútbol femenino aún no resulta atractivo para las marcas comerciales. Es más: ni siquiera lo es para algunos de los equipos del fútbol masculino. El Municipal Liberia no tiene división de fútbol femenino. La Asociación Deportiva Guanacasteca le presta el nombre una organización ajena a la suya para decir que tiene equipo. La Asociación Deportiva Santos le ayuda un poco al Municipal Pococí, pero no tiene división femenina.
Para leer más:
Fútbol femenino: aspiraciones, realidades y retos (2)
La Asociación Deportiva San Carlos, el Club Sport Cartaginés, Puntarenas FC y el Municipal Grecia vegetan en la segunda división del fútbol femenino. Nunca han peleado el ascenso.
Y, al final, todo eso limita el margen de acción de los equipos y de la Liga. Por ello debemos ser creativos en la búsqueda de fórmulas para crecer en el fútbol femenino. Y eso requiere un análisis tan amplio como serio. De lo contrario no vamos a llegar ninguna parte.
Hay muchísimo trabajo que hacer. Y no se limita a nombrar un nuevo cuerpo técnico en las selecciones nacionales de fútbol femenino. Los equipos tienen una tarea importante. Los dirigentes tienen una tarea importante. Los medios de comunicación tienen una tarea importante. Los aficionados tienen una tarea muy importante.