Hace unos días el técnico Daniel Casas conversaba con el periodista Yashin Quesada, sobre las condiciones que debía enfrentar con el equipo de Limón: condiciones desiguales a toda luz, respecto a sus contrincantes.
Si la responsabilidad es de la organización limonense o no, no es el tema de esta columna. Lo expuesto por Casas revela que una de las tantas formas de matar el fútbol es cuando la organización fútbol, dígase Unafut o Federación Costarricense de Fútbol, no se interesa de forma integral por la planificación y el desarrollo del campeonato.
A ver. Decía Casas las siguientes desventajas: para jugar como local, Limón debía trasladarse al menos por espacio de una hora. Tenía por ende que preparar el viaje, al menos unas 2 horas antes; para jugar en casa….
Otro factor: la cancha de entrenamiento prácticamente no tiene zacate, y el desgaste físico y muscular afecta el rendimiento y también la recuperación. Aparte de temas como el clima, también potenciado por el estado de la cancha artificial.
Claro que la lucha se vuelve desigual con los demás equipos. Pero, así hay otros clubes sin canchas de entrenamiento, sin sedes de local, sin algunos requerimientos mínimos para competir en la máxima categoría.
Recuerdo antes del año 2000, cuando se estaba conformando la Unafut y daba sus primeros pasos, que se hablaba de una especie de plan maestro que pusiera exigencias mínimas a los clubes de primera.
Cito solo un caso: se necesitaba iluminación aprobada para los efectos de jugar de noche. Desde luego, mencionar esto es risible… 20 años han pasado, y hay equipos de Primera que no pueden jugar de noche.
Lo mismo podríamos decir de clubes sin estadio propio, sin un presupuesto que asegure al menos jugar el torneo sin problemas económicos.
Con equipos que no tienen asegurado el pan de cada día se mata al fútbol. Si de los doce equipos hay algunos que simplemente no pueden competir, entonces es mejor reducir el torneo a los 4 o 5 que pueden jugar bola con lo mínimamente necesario.
Cuando vemos que los dirigentes aprueban normas absurdas de juego, seguimos matando el fútbol, porque si la cancha no puede resolver lo que debe resolver competitivamente, entonces podríamos nombrar a los campeones y descendidos por decreto.
Es hora de que haya mayor seriedad en nuestro fútbol, que se pidan condiciones mínimas, que se busque una sana competencia.
El tema da para mucho más…