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Mirada Incisiva

Fútbol tico navega entre excusas y pretextos

Si bien la Selección Nacional de Fútbol Mayor mostró una pequeña evolución respecto de sus anteriores compromisos, el rendimiento del equipo está lejos del nivel requerido para soñar con la clasificación a la Copa del Mundo Qatar 2022.

Los dos encuentros de fogueo realizados en Europa dejaron ver algunas cosas alentadoras, pero la gran preocupación sigue siendo la falta de resultados positivos que arrastra la “Sele” hace más de un año.

Pareciera trillado el decir que se jugó bien, pero seguimos sin ganar. En Bosnia, frente al cuadro local, un combinado alternativo, pues el titular jugaba a mitad de semana frente al campeón del mundo, Francia, Costa Rica no pasó de un magro empate a cero goles. Algunos dijeron que hubo mejoría, que se jugó bien y hasta hubo chance de conseguir la victoria. Pero, esta no llegó.

Más allá del resultado, hay que poner algunos puntos sobre la mesa. Primero, se jugó contra una selección alternativa; segundo, durante el choque se pudo comprobar que Bosnia y Herzegovina no era un equipo pesado, que con un poco de agresividad y actitud se le podía ganar. Sin embargo, el combinado patrio careció de esa dosis de atrevimiento para sacar la victoria.

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Ante México se notó una mejoría notable. Hay que rescatar el bloque defensivo, la presión alta y, por lapsos del segundo tiempo, la ambición de triunfo. No obstante, una vez más salimos con la cabeza abajo al ser sorprendidos, en el minuto final, por un descuido en la marca.

Mauricio Solís, asistente técnico del seleccionador Ronald González, lo dijo previo al partido. En el alto nivel las opciones de gol son pocas y por ello hay que ser efectivos. Pecamos frente al arco azteca y nos la cobraron en el nuestro.

Ya es hora de exigir algo más que una leve mejoría. No podemos conformarnos con “jugamos bien”, “vamos mejorando”, “la idea va calando” y todas esas frases trilladas que no nos llevan a ningún lado.

Es hora de poner las barbas en remojo y llamar la atención a todos los involucrados, desde Ronald González, quien ostenta un pobre rendimiento de apenas el 29% en su gestión, pasando por jugadores que no aportan nada al equipo, y terminando con los dirigentes complacientes, amigos del técnico (dicen por ahí que hasta juegan golf juntos).

La eliminatoria está a la vuelta de la esquina. Y si en casi dos años no se ha visto una evolución evidente y palpable en el cuadro patrio, ¿por qué habríamos de pensar que en cinco meses ocurrirá un milagro que transforme este equipo en una potencia del área?

Temores y excusas

Y si el panorama de la Selección Mayor está lleno de incertidumbre, lo sucedido con la Sub 23 en el preolímpico de Guadalajara es para ponerse a llorar. Hace algunas semanas comentamos en este mismo espacio que era muy poco probable la clasificación a los Juegos Olímpicos. Efectivamente, nos quedamos en el camino, pero, más allá de eso, fue la forma como dejamos escapar el boleto a la cita de Tokio.

A pesar de que, en el papel, el cartel de favoritos para pasar a las justas olímpicas lo tenían México y Estados Unidos, la selección de Honduras se coló inesperadamente al dejar en el camino a los estadounidenses y estuvo a pocos minutos de ganarle al mismísimo cuadro local.
Los catrachos demostraron que, en el fútbol, a veces dos más dos no son cuatro y que con valentía, coraje y determinación se pueden alcanzar las metas propuestas.

Mientras Costa Rica respetó en exceso a los estadounidenses, en el primer partido del preolímpico, la “H” comprendió que en su cotejo ante los de las barras y las estrellas estaba su gran oportunidad de sellar el pase a su cuarta olimpiada en forma consecutiva. Y así enfrentaron el compromiso, sin miedo, sin complejos, sin excusas y con una gran ambición de gloria. Esa fue la gran diferencia entre catrachos y ticos.

Esta eliminación no debería pasar inadvertida. Algo no se está haciendo bien en las divisiones menores. Los resultados hablan por sí solos. Desde 2004 no asistimos a unos Juegos Olímpicos; en categoría sub 20, desde aquella gesta heroica de Egipto 2009 solo hemos asistido a dos mundiales (2011 y 2017). En la categoría U17, entre 1995 y 2009 estuvimos presentes en siete Copas del Mundo, mientras que de 2009 a la fecha solo clasificamos a dos.

Es hora de pedir cuentas, no solo a los técnicos, sino a quienes los nombraron en un puesto para el que, evidentemente, no estaban capacitados. La formación de jóvenes talentos es una tarea que debe estar en manos de gente escogida por sus atestados y no, simplemente, en la amistad con el dirigente de turno.

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