Era denominado el “Clásico sin colores”, por el objetivo que movió a los dos equipos: el apoyo al jugador Eric Marín en su lucha contra el cáncer. Pero, al final, sí tuvo colores, pues se tiñó de rojo y negro en el marcador.
El 3 – 1 pudo ser incluso algo más amplio, pues la Liga desperdició un par de oportunidades claras en las que no pudo dejar la pelota en el fondo del marco morado.
El juego:
El partido tenía un carácter benéfico. Era, por tanto, un juego amistoso. Pero, más allá de esas realidades, los dos equipos se lo tomaron mucho más en serio que como suelen ser los encuentros de pretemporada en los que no hay puntos en disputa.
Incluso, hubo juego fuerte por momentos, al grado que Angulo tuvo que abandonar el campo muy pronto, debido a un golpe en el muslo, en una jugada fuerte con Junior Díaz. Más tarde, Cubero se salvó de la expulsión porque Hugo Cruz no vio cuando le sacó los taquillos a Rodríguez, y más al final, Kenner se fue con un problema muscular.
En el balance general, la Liga fue mucho mejor que Saprissa. Fue mucho más claro en la generación de jugadas ofensivas, e hizo circular muy bien la pelota, aprovechando la velocidad de Guevara y de Lassiter.
Llama la atención, eso sí, que el técnico parece haberse decantado por Junior Díaz como hombre fijo por el centro de la defensa, pese a que cuando se le contrató se dijo que llegaba como una especie de recurso de última instancia para ciertos momentos del torneo.
En el Saprissa, Centeno le siguió dando minutos a Bonilla, Rodríguez y Agüero, así como a Martínez, ya recuperado de su lesión.
La Liga abrió el marcador apenas en 12 minutos, por intermedio de Jonathan Moya, con un buen remate de cabeza, tras un cobro de esquina desde el sector izquierdo.
El empate morado llegó al 59’, de penal. Fue un jalón de Kenner sobre Mariano, que acababa de llegar al partido. Cobra Venegas, de derecha, y gol. El remate fue arriba, a la izquierda del arquero, que va a la derecha.
Al 69’, la Liga retoma la ventaja. Resolvió Anthony López, con remate de pierna zurda, a pase de Ariel, a la frontal del área, como culminación de una muy buena jugada que inició Alex López.
Al 90+2’, el rompimiento de Ureña por la derecha terminó en un pase claro para la llegada de Rojas, que solo tuvo que empujar el balón, llegando sin marca frente a una defensa rota de Saprissa. Era el 3 -1.
Los técnicos probaron mucho. Quizá más Saprissa, por las combinaciones de los cambios. Pero, curiosamente, eso no desvirtuó el juego, pues los equipos siguieron, básicamente, manteniendo su fisonomía. Eso sí, Saprissa cambió sus dos centrales, y los que llegaron no se vieron tan bien como los que arrancaron.