Dice la Real Academia Española sobre el ungüento en una de sus definiciones: “cosa que suaviza y ablanda el ánimo o la voluntad, trayéndola a lo que se desea conseguir”.
Hace algún tiempo, la llegada de Walter Centeno fue eso en el Deportivo Saprissa. Ablandó el ánimo de una afición molesta con la forma de juego del club, con el desarrollo de la institución y la administración. Incluso, se podría decir que fue la afición la que puso al ex futbolista “8” al frente del banquillo histórico de Saprissa.
Promesas de grandeza, de revolución en la cancha, de recuperar las glorias que llenaron de “poder y orgullo” a la institución, fueron poco a poco desvaneciéndose.
Si bien, hubo ilusiones, promesas constantes y un verbo firme que no se traducía en la cancha, el matrimonio entre afición y técnico se ha extendido más de la cuenta, por la memoria que guardan muchos seguidores morados de lo realizado por el “Paté” desde que llegó a Saprissa y empezó a ganar títulos en el último lustro de la década de los 90’.
Solo por recordar algunas de las vergonzosas goleadas que se ha llevado, hay en la retina morada un 4-0 ante Santos, un 5-3 en contra también ante los guapileños. Hay un 5-2 ante los manudos, varias goleadas ante Herediano (4-0 y 4-1) y contra el Cartaginés un doloroso 4-0.
Difícilmente un solo técnico hubiera podido aguantar una sola goleada de esas, menos aguantarlas todas. Pero estamos ante una novel leyenda. Y digo novel por nueva y por cuanto mucho del sector de la afición morada que pueda rondar entre los 25 y 40 años, pudo crecer con esa figura de Centeno dominando el balón en la Cueva y en las otras sedes de fútbol del país. Incluso, periodistas que alrededor de Centeno fueron forjando su carrera, o fueron mirando a lo lejos la figura de “Paté” y hoy dominan el escenario mediático guardando ese respeto y hasta “devoción” a Centeno.
Calculo que con otra “prensa”, que con una prensa deportiva más confrontativa, el actual técnico morado no sería el conocido “Rey Paté”.
Si nos vamos más atrás, aquella expresión con la que crecieron muchas generaciones vinculadas al fútbol, “no se repartan nada mientras Saprissa esté vivo”, hoy podríamos decir que quedó muy en el pasado.
Pareciera para algunos que la historia de Saprissa nace con la administración de Horizonte Morado en los últimos ocho o nueve años.
Aquél Saprissa fundado en una zapatería y que llegó a convertirse en un “Monstruo” bautizado así por Diario Extra, está muy lejos de la retina de un buen grupo de aficionados y de un buen sector de la prensa deportiva.