Hace unos días escuché al presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, en entrevista con Yashin Quesada en Radio Columbia. Hablaba de sus intenciones políticas de seguir al mando del ente federativo si se daban ciertas condiciones o si se le aceptan ciertas condiciones.
Una de ellas, creo que la fundamental, es que no quiere contender por el puesto. El proceso es desgastante y hasta dañino cuando los intereses que se persiguen no son por el bien del fútbol, según dejó entrever en la conversación.
Comentó su intención de que haya un consenso. Incluso, si quieren a otra persona, él se hace a un lado. Pero desea que se trabaje sobre un proyecto para nuestro fútbol.
Yo digo: en los 8 años anteriores que ha sido presidente, ¿no ha habido proyecto para nuestro fútbol? Ya le ha tocado contender a don Rodolfo y ha ganado; como también ganó uno de los más altos puestos para estar ahora en la dirigencia de la FIFA. Sin embargo, eso no le gusta. Eso, dice, lo desgasta.
Don Rodolfo no es un dirigente nuevo. Fue presidente de Santos, suma otra década aparte de la de ser presidente federativo en ese equipo… Y, yo pregunto: ¿qué hay de malo en que no haya consenso?, ¿qué hay de malo en que se luche democráticamente por el puesto?, ¿qué hay de malo en que presente su proyecto fútbol para el país y contienda contra uno u ojalá varios proyectos fútbol para el país?
Un fracaso más
Escribo esta columna horas después de la debacle alajuelense ante Los Ángeles FC, que lo derrotó 0-3 en el Morera Soto, en una nueva competición internacional que desnuda nuestro fútbol. No sorprende.
Escucho dirigencia, ex jugadores, prensa… rasgarse las vestiduras por algo que ya se sabe estaba mal, de un resultado que por más que quisieran maquillar pronósticos era el más probable ante nuestro bajo nivel, nuestra escasa competencia, nuestra poca cantidad de figuras de renombre y sí, nuestros menos recursos en dinero e infraestructura ante la maquinaria que presentan estos equipos de la MLS.
En ese marco meramente futbolístico, hace rato también he venido hablando lo dañino que es para nuestro fútbol que nadie contienda, que nadie haga frente al status quo en el que caímos hace más o menos 16 años, donde si alguien asoma la cabeza para levantar la voz y disentir, simplemente le cortan la cabeza. Lo sé por experiencia, por casos cercanos, porque he visto manejos que simplemente quieren hacer callar a todo aquél que piense diferente o medio critique. Eso le hace daño a nuestro fútbol… no le hace daño a nuestro fútbol que se piense diferente o que se critique y discuta.
Se necesita competencia en la cancha y fuera de ella. Se necesitan dirigentes que levanten la voz y no se conformen con ver que nuestro degradado fútbol siga perdiendo por goleada todas las veces que se enfrenta a rivales de México, Estados Unidos… y que pierda cuando se enfrenta también a rivales de Centroamérica y el Caribe. No competimos en la cancha. Ya no asustamos a nadie. Ni a nivel de clubes ni a nivel de selecciones.
Mucho conformismo
Nos venimos conformando con ir a mundiales mayores porque reparte varios millones de dólares. Eso sostiene una muy reducida estructura de nuestro balompié. Eso es suficiente para muchos que se conforman con estar y mantenerse en la dirigencia… sin contender.
Estoy de acuerdo con don Rodolfo, como lo hizo ver en la entrevista, que no se vale sacar trapos sucios, mentiras o intenciones opuestas a buscar el bienestar del fútbol. Pero, contender por tener visiones diferentes; criticar que los manejos de selecciones menores y arbitraje que hace la Federación han sido un fracaso en década y media; y pensar en que nos conformamos con poco a nivel de Selección Mayor, no es ser enemigo de nadie y sí, podría ser que haga daño al status quo existente porque podría dar pie a que se rompa y se busque otro rumbo.
Los dirigentes que son dueños de clubes, asambleístas que imponen las leyes para nuestro balompié y además miembros del Comité Ejecutivo que gobierna, deben poner las barbas en remojo para el futuro inmediato de nuestro fútbol. No deben temer a discutir o disentir; no deben temer a que no haya consenso.
Ahora bien, si en lo meramente político no quieren democracia, presenten el proyecto “fútbol” y reformen el estatuto, y quédense en los cargos eternamente si eso les apetece.
Mientras tanto, parece que seguiremos esperando sentados la mejora integral de nuestro alicaído fútbol.
