“Conozco perfectamente el nivel futbolístico de mi país y las formas de dirección de los diferentes clubes y sé muy bien a lo que uno se expone en este campo”.
Estas palabras de Luis Marín, escritas en su fan page de Facebook el 28 de mayo, llevan consigo un gran contenido de frente a la realidad del fútbol costarricense.
Hacía referencia el técnico a su salida de Herediano, a pesar de que, como él mismo justifica, tomó a un equipo en el lugar 11 y lo llevó a obtener el subcampeonato, tras disputar la final ante Saprissa.
Hizo referencia Marín, justificando su trabajo y no entendiendo su salida del club florense, a que en tres meses dio un salto de rendimiento al equipo que dirigió.
Pero, volviendo a la esencia, sobre su conocimiento del fútbol costarricense, y esas “formas de dirección” que hay en los clubes, Marín dijo que respeta “el modelo de trabajo” de Herediano.
Vamos por partes. Este “modelo de trabajo” no es solo de Herediano. Este cortoplacismo de tener un técnico hoy y otro mañana, lo viven el 90% de los clubes de nuestro país… y en ese 90% no entra el equipo que esté mejor, el cual en la actualidad es Alajuelense y ha logrado dar cierta estabilidad a su banquillo. Pero, no significa que Alajuelense pueda pasar a ser parte de la masa, o que no lo haya sido en el pasado.
Lea también: Casi ganando no vamos a ir al Mundial
Sin embargo, Luis Marín debe voltear el espejo porque sus palabras podrían devolvérsele fácilmente… Veamos.
Cuando el torneo llevaba ocho jornadas el técnico Marín disputaba un muy buen torneo con el equipo que dirigía: el Santos de Guápiles.
De la noche a la mañana, seguramente porque la cláusula del contrato lo permite y definitivamente porque tiene sueños en su carrera, le dice que no al Santos, en medio torneo, para irse a Herediano.
La pregunta es, ¿este modelo es de Herediano? No será que Herediano como otros equipos aplican “el modelo” porque los técnicos se prestan a que ese “modelo” se desarrolle.
Los responsables de esa inestabilidad en nuestro fútbol no son solo los dirigentes. Son también los técnicos. Repito, hoy amanecen en una institución y mañana amanecen en otra, sea porque buscan esa opción o porque los buscan, porque saben que lo van a hacer.
El riesgo que corría Luis Marín era grande, pero sin duda no lo pensó muchas veces para pasar a una institución que ha estado en instancias finales, acostumbrada a títulos y también con sueños de disputar competencias internacionales. Digamos que desde el banquillo Marín cumplió con su trabajo. Le faltó el título y para nadie es extraño que un equipo grande deje ir al técnico o lo quite si no alcanza el título. Marín sabía que él no iba a otra cosa.
Ahora bien, para darle estabilidad a nuestro fútbol, no sería posible que Marín, que manejaba un proyecto interesante en Santos, como lo manejó en San Carlos y en el cual salió campeón, pudiera haberle dicho a Herediano que lo buscara al final del torneo… Difícil ponerse en los zapatos del otro. Pero, no se vale venir a cuestionar un modelo del cual se es parte, el cual, además, el mismo técnico alimentó, y que a la postre, se sostiene porque dirigentes y técnicos son cómplices de este modelo.
Si Luis Marín soñó con un proceso de tres o cuatro torneos definitivamente no conoce entonces a la institución que lo contrató ni lo que es nuestro fútbol.
Este modelo se cambiará cuando le demos seriedad a los procesos… estoy seguro que Santos sí soñó con un Luis Marín que pudo hacerlo campeón como lo había sido en San Carlos.
Gerardo Mora Pana es un periodista con más de 20 años de experiencia en medios de comunicación de Costa Rica. Se desempeñó en el desaparecido diario La Prensa Libre y en la edición local de la revista El Gráfico. Actualmente, es el director de Radio Santa Clara, de la red de medios de comunicación de la Iglesia Católica.