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Mirada Incisiva

Alajuelense es un equipo sin identidad

Un torneo más con el mismo resultado: eliminados. Alajuelense vuelve a sumar un fracaso más en una lista que parece interminable, desde la salida, hace ya ocho años, de Oscar Ramírez y del expresidente Raúl Pinto, quienes comandaron la época más dorada de los manudos en la última década.

Desde que se marcharon ambos personajes, la Liga ha venido dando palos de ciego, sin encontrar un norte claro, cambiando técnicos, jugadores y hasta gerentes, pero siempre con el mismo resultado.

Leía una entrevista que le realizó el sitio ESPN.com al exjerarca rojinegro, Raúl Pinto, en la cual asegura que su equipo ha perdido identidad porque hoy hay muchos jugadores que vinieron de Saprissa y Herediano.

Mencionaba don Raúl el caso de Leonel Moreira, quien portó la banda de capitán en la serie ante Saprissa, algo que le costó digerir.

“Hemos perdido un poquito la identidad liguista; o sea, yo tuve cinco campeonatos y cuatro subcampeonatos y en muchos de esos me enfrenté a Leonel Moreira y viera que difícil es ver a Moreira como el capitán de la Liga porque era un archienemigo. A veces uno debería sentir que el capitán debería ser de raíces liguistas”, dijo el exjerarca en el programa radial 120 Minutos.

Pinto también mencionó la presencia de jugadores como José Miguel Cubero, Johan Venegas, Celso Borges. A ellos uno podría sumarle a Aaron Suárez, Ian Lawrence, el propio Marcel Hernández. Entonces, vemos cómo de los once estelares del cuadro erizo en el último duelo ante Saprissa, más de la mitad no tiene raíces alajuelenses.

Pero eso no es todo. El expresidente rojinegro agregó: “Lleida se ha enfocado en traer a los mejores jugadores; qué importa de qué equipo venían. Tal vez uno es más conservador y quisiera más liguistas dentro del equipo, que son los que sacan más los ‘huevos’ para ganar un campeonato”.

La semana anterior, todo el liguismo se vanagloriaba de dominar sin discusión alguna el fútbol menor y femenino. Sentían los aficionados rojinegros que los títulos en las divisiones U15, U17, y U20, además del bicampeonato de las mujeres, comandadas por Wílmer López, eran un anticipo de lo que haría el equipo mayor. Sin embargo, no ocurrió así.

Más allá de la eliminación de los erizos por parte del Saprissa, habría que analizar hacia dónde va la Liga. Es decir, ¿existe algún plan deportivo establecido para pensar que los objetivos se han cumplido?

Es tentador pensar que los títulos en divisiones inferiores refrendan un trabajo exitoso de Agustín Lleida y sus colaboradores, pero hay que ser claro: el español, como señala don Raúl Pinto, lo que hace es traer a los mejores jugadores de otros equipos, no solo a la primera división, sino también a los equipos menores.

Estos se han convertido en verdaderas selecciones nacionales, con futbolistas formados en otros equipos que, seducidos, no solo por el CAR sino por fuertes sumas de dinero, cambian de camiseta. Puede que muchos logren llegar a la primera división, pero carecerán de esa identidad rojinegra que clama Pinto.

Sin justificar, porque es imposible hacerlo, la horrorosa reacción de los seguidores alajuelenses luego de la eliminación ante los morados, el domingo anterior, en el fondo lo que piden son jugadores que sientan la camiseta, que respeten los valores de la institución, que se entreguen, que se “chollen las nalgas”.

Ellos quieren ver en su equipo jugadores como Mauricio Montero, Wilmer López, Hernán Fernando Sossa (q.e.p.d.), Javier Delgado, Álvaro Solano, Harold Wallace, Carlos Castro, por mencionar algunos, que respiraban en rojo y negro y se mataban por esos colores.

Hoy la Liga es un equipo sin identidad, que puede o no jugar bien; que incluso puede ganar títulos -aunque solo suma dos en ocho años-, pero si hay algo de lo que carece hoy la institución es de jugadores que realmente entiendan, pero más que todo, sientan lo que es ser liguista.

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