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Mirada Incisiva

Alajuelense comienza a ver frutos en divisiones menores

El domingo anterior escuchaba a Eric Lonnis, en su programa dominical Deporte+, decir que estaba en contra de la posición del gerente deportivo de Liga Deportiva Alajuelense, Agustín Lleida de darle más cabida a extranjeros en el fútbol nacional en vez de limitar el número de foráneos en cada equipo.

Decía Lonnis -y aquí me sorprendió- que, en lugar de estar pensando así, Lleida debería ver cómo saca provecho a las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento (CAR) para darle espacio a jóvenes de la cantera.

Y pensé: ¿de qué está hablando Lonnis? El trabajo de Lleida en Alajuelense, en conjunto con el actual técnico Albert Rudé, se ha caracterizado por brindar oportunidad a una gran cantidad de nuevos prospectos. Ian Lawrence, Yurguin Román, Fernán Faerrón, Aaron Suárez -una de las gratas sorpresas del torneo-; Brandon Aguilera, Barlon Sequeira, Carlos Mora, entre otros. Todos surgidos de divisiones menores, propias o de otros clubes.

Pero no solo esto, el trabajo del español va más allá. Por ejemplo, este miércoles leía en el diario La Nación, que Alajuelense es el único club que llegó a todas las finales del fútbol menor. Disputarán la final sub 15 ante Herediano; la sub 17 frente al Cartaginés y la sub 20 frente a Pérez Zeledón y todas las series cerrarán en el Alejandro Morera Soto, lo cual les brinda amplias posibilidades de adjudicarse los cetros.

Sin duda esto es un aliciente para la cantera rojinegra, pero también para jóvenes futbolistas que buscan labrarse un futuro en el balompié nacional.

Estos pueden considerarse los primeros frutos de la inversión que Joseph Joseph, el vicepresidente erizo, realizó con el CAR. Si ya de por sí este se convirtió en un gran atractivo para todos los jugadores, tanto de primera como de divisiones menores, el hecho de llegar a la final de cuanto torneo se juega también resulta atractivo para un deportista. Esto forma jugadores a los que luego no les pesa debutar en primera porque se han acostumbrado a ganar en todas las categorías.

Es justo entonces reconocer el buen trabajo que desarrolla el dirigente español de Alajuelense. Y si bien es cierto que su gran deuda sigue siendo la carencia de títulos a nivel mayor, su labor es notable.

Le ha tomado tiempo, pero lo va logrando. Habrá que ver cuánto tarda su compatriota Ángel Catalina para obtener resultados positivos en Saprissa, aunque de antemano me parece que le será más difícil, porque no tiene carta blanca como sí la tiene Lleida para tomar decisiones.

Además, el club morado no ha podido concretar su centro de alto rendimiento, que ni siquiera es eso, porque son solo canchas de entrenamiento. Sus divisiones menores están en el olvido y este es un duro reto para el español Sergio Gilá, encargado de este departamento.

Gilá deberá afrontar no solo un desafío deportivo, sino lidiar con la tentación que supone para sus jóvenes jugadores el CAR, los triunfos y la billetera de los alajuelenses.

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